¿Por qué todo en
esta vida se acaba?
No tiene sentido,
las cosas no suceden porque sí. Tiene que tener un significado lógico que en
este preciso momento no encuentro por ningún lugar.
Le echo de menos.
Nunca llegas a saber cuánto quieres a una persona hasta que la pierdes, pero en
mi caso sé lo que es quererla en cada instante
y seguir recordándola cada día.
Nunca llegué a
decirle cuánto le quería o al menos no lo suficiente, porque era muy pequeña
para expresar un sentimiento tan grande; pero él lo sabía, o eso pienso yo.
¿Cómo en el
momento de la pérdida no te das cuenta de lo que te está pasando? Pero luego
pasan los años, como estrellas fugaces delante de nuestros ojos y ni siquiera
nos habíamos dado cuenta de la pérdida que habíamos tenido recientemente.
Puede que en este momento no tenga mucha
coherencia lo que estoy escribiendo, pero es lo que en este momento me ha
vuelto a mis pensamientos. Algo que pensé que ya había superado y que al
parecer todavía no lo he hecho. Sigo recordando a mi abuelo todas las noches
desde el día de su muerte, y aseguro que siempre lo recordaré. Porque es muy
difícil olvidar a alguien que prácticamente te ha criado desde que eras un bebé
y que siempre estaba a tu lado para cualquier cosa. Parece mentira que haya pasado
tanto tiempo desde su fallecimiento, nunca había escrito nada sobre él porque
me asustaba la idea de ser débil. Ya que mi abuelo la última vez que lo vi me
dijo que fuese fuerte pasara lo que pasara, y lo he intentado pero no hay ni
una sola noche en la que no me acueste sin llorar recordándolo, porque aunque
parezca mentira él siempre está en mi mente y siempre permanecerá en mi
recuerdo, siempre.
Creo que nunca
llegará el día en que lo olvide del todo, porque aún recuerdo todos los
momentos que pasaba junto a él y no se me ha olvidado ninguno de ellos. Tanto
los buenos como los malos, pero lo que nunca olvidaré fue cuánto luchó mi
abuelo por conseguir sus sueños. Quién crea que el sueño que tenía mi abuelo
era solo para él, se equivoca, porque no recuerdo el día en el que mi abuelo
dejase de pensar en su familia y de darles todo lo que necesitaban aunque eso
le supusiese un sacrificio para él. Y parece mentira todo lo que luchó contra
su enfermedad y todo lo que aguantó, todo para ver a su única nieta cumplir los
diez años. No se me puede olvidar aquel día 4 de septiembre de 2006, sentada en
la cama al lado de mi abuelo soplando las velas de mi último cumpleaños con él.
No se me podrá olvidar todo lo que aguantó ese día solo para que su única nieta
estuviera feliz. Y jamás se me podrán olvidar sus últimas palabras: Lucha por
lo que quieres y nunca te rindas para conseguirlo, pase lo que pase sé fuerte.
Porque lo que hoy te parece malo, mañana puede ser lo mejor que te ha pasado.
¿Cómo puedo
recordar todo esto? No lo sé, quizá porque era una persona muy importante para
mí. No lo sé, lo único que sé es que siento muchísimo su pérdida y la seguiré
sintiendo siempre. Porque pase lo que pase, siempre estará conmigo. Pase lo que
pase, jamás te olvidaré. Te quiero sinceramente y te lo digo hoy porque en su
día nunca te lo llegué a decir lo bastante y aún lamento no haberlo hecho.
Por este motivo
nunca dejo de mostrar una sonrisa a todo el mundo, aunque por dentro no me
sienta de la misma forma. Siempre seré fuerte y pase lo que pase nunca dejaré
de sonreír, y no estoy escribiendo todo esto para que nadie se compadezca de mí
ni mucho menos, todo lo contrario. Sólo lo escribo porque hacía mucho tiempo
que lo tenía guardado y quería salir pero no sabía cómo expresar lo que sentía
hasta hoy.
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